Como curiosidad indicativa de la importancia de este ecosistema, señalamos que los fondos marinos situados entre Ibiza y Formentera albergan el organismo vivo más grande del mundo, unas extensas praderas de Posidonia oceánica de ocho kilómetros de longitud con más de 100.000 años de vida, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, que pese a la normativa que las protege, están actualmente en proceso de degradación.

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Está prohibido fondear sobre la posidonia, ni siquiera la cadena de nuestra ancla puede estar en contacto con ella, dado la fragilidad de su tallo y la lentitud de su crecimiento (1-6 cms/año en horizontal y 1-4 cms/año en vertical). Un solo barco fondeado unas horas en una pradera de posidonia destruye años de paciente crecimiento de la misma.

Además, las buenas prácticas marineras tradicionales implican no fondear nunca en posidonia, incluso desde muchos años antes de la existencia de normativa proteccionista, simplemente porque el ancla no coge bien al fondo, entonces el barco “garrea” con un simple role o una racha de viento y se queda a la deriva siendo un peligro para sus pasajeros y los barcos vecinos. Es la defensa de la posidonia contra navegantes desaprensivos.

Por ello, cuando nuestra tripulación rehúse fondear en un sitio concreto y elija otro, tal vez situado a poca distancia, tal vez no, rogamos tenga comprensión y empatía con la decisión: criterios de seguridad del barco y el pasaje, de salvaguarda medioambiental y legales, están detrás de esa elección.